Qué sabrás tú de mi asedio silencioso
de mis llamadas fallidas
de esperar horas enteras
para verte pasar por los mismos lugares?
qué sabrás entonces
de contener el corazón de la desolación
de la lluvia de mis ojos al no encontrarte?
Si te quiero o no...
si clavan una lanza en mi pecho
para no nombrarte
No se de tu dolor,
no sé de tus miedos escondidos
bastan tus palabras y tus silencios
entonces comprendo que me haces falta...
me pongo estúpida
camino por ahí para encontrarte un rato
oler los jazmines
llegar a la playa cerrar los ojos y pensarte mucho...
tanto que la cabeza explote
el corazón baile
la razón engañe
y sólo escuche entre éstas olas tu voz.
DIAS DE 1901
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Esto era lo que había de excepcional en él:
a pesar de su vida disoluta,
de su larga experiencia del deseo
y de la habitual correspondencia
con que en él...