Pasé por una góndola ayer en el mercado
me dije -¡qué nombre al menos
para un vino!
Pecado- pecado- pecado
Moreno:
como el color de las uvas
viril:
que
invita a saborearlo en la penumbra
a saberse seducida por los taninos en el paladar
y ahí fue
cuando al ver su nombre nuevamente en la botella
me acordé de uno o varios hombres…
“pecado” me llama a vicio
a desborde de cuerpos con un solo objetivo
intensamente lascivo… húmedos como la vid
que baña la lluvia y fue entonces
cuando comencé a reírme de lo imaginado
en esa elegante etiqueta ámbar.
CLARO QUE NO SOMOS UNA POMPA FUNEBRE
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Claro que no somos una pompa fúnebre,
a pesar de todas las lágrimas tragadas
estamos con la alegría de construir lo nuevo
y gozamos del día, de la noche...
DESBORDE DE CUERPOS
ResponderEliminarCuerpos embriagados y no de vinos
Que, en loco frenesí nos tiene atados
Llenando de amores des enfrenados
nuestros cuerpos, en locos desatinos.
Cuanta ternura en tus versos y, dulces sabores en tus vinos.
Abrazo sincero
Brindemos entonces..
ResponderEliminarSólo pasaba a saludarte
Y dejarte un abrazo.
Dani..
M. Angel:
ResponderEliminarsi asì es es un buen vino un buen acompañante para dos.
CAriños
DANIEL:
¡tomemos las copas y brindemos, claro que si!
Gracias Dani por visitarme un abrazo.
El vino es un gran afrodisíaco.
ResponderEliminarUn gran saludo.