...Yo pasé rápido comiéndome
la tarde apurada pensando en divisas
cuando los vi...
y vi la ternura...
vi al amor...
en la mesa de café ahí en la diagonal de los tilos
echa canción una vez...
él tomaba su mano pequeña entre las suyas
mirándola con amor pero en actitud de pedir perdón
ella...
miraba la nada mientras
un cristal recorría su mejilla...
y sus ojos tomaban el color del ocaso.
me gusto mucho, de verdad...
ResponderEliminarun placer leerte
un abrazo
Lila, tus versos se recrean en la belleza que transmites, y tus lectores, en los versos que nos regalas.
ResponderEliminarAbrazo
Lila. ¡ Que lindo!. Me ha encantado. un beso. milagros
ResponderEliminarQué delicada escena. El final es hermoso!
ResponderEliminarMuy bueno de veras.
Saludos.